Si José Manuel de la Sota, Sergio Massa y Adolfo Rodríguez Saá quieren retornar al PJ deberán dar varias explicaciones.

La primera, porque se fueron; y tal vez la más importante, porque al menos no empujar a Daniel Scioli para que esta tarde ganara en sus distritos y fuera presidente de la Nación.

Los cómputos finales son más que elocuentes: Macri ganó 72 a 28 en Córdoba, casi un millón de votos arriba, mucho más que la ventaja de 700 mil votos que obtuvo en todo el país.

Una parte de ese capital electoral pudo haber dejado a Scioli palo y palo en todo el país, tal vez con un final incierto. Massa tampoco lo ayudó en Tigre, donde Macri quedó arriba por 4 mil votos.

En San Fernando, bastión del massista Luis Andreotti, Macri ganó por 6 mil votos, 53 a 47. En el resto de la primera sección, norte y oeste del conurbano e histórico bastión de Massa, Scioli sólo aventajó por 80 mil votos.

Se trata de una región con más de 4 millones de votantes que en 2013 fue clave para el triunfo de Massa en la legislativa. Tal vez con esos datos, en el cierre de la Carlos Zannini lo acusó de haberse ido del peronismo “cuando lo necesitaba”.

Si quiere volver, como se especula, no tardarán en recriminarle además que muchos de sus votantes tampoco apoyaran a Scioli.

Fue el caso de Jujuy, única provincia en la que Massa ganó en octubre y esta tarde consagró a Macri por 53 a 47, 24 mil votos de diferencia.

Otro que habla de volver al peronismo tras una década es Adolfo Rodríguez Saá, pero no pareció interesado en hacerlo con un presidente de ese símbolo.

En San Luis, Macri ganó 65 a 35, 80 mil votos de diferencia. Parece poco, pero sumó a la decisión de Scioli de bajar la toalla con el 60% del escrutinio.

Podrá levantar la bandera Mario Das Neves, gobernador electo en Chubut, donde Scioli ganó 58 a 41, 50 mil votos arriba. Lo suficiente para decir que nadie lo acuse de trabajar para Macri.

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